Comprender el déficit de hierro y su relación con la distonía: Una guía completa

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Bonnie James BSP, ACPR, RHN

El hierro desempeña un papel crucial en nuestra salud y bienestar generales, ya que influye en todos los aspectos, desde los niveles de energía hasta la función cerebral. Sin embargo, a menudo se subestima su importancia, especialmente en el contexto de afecciones neurológicas como la distonía. En esta entrada del blog, nos adentramos en el mundo de la deficiencia de hierro -sus implicaciones, signos y soluciones- centrándonos en su conexión con la distonía, que ha sido poco explorada. Basándonos tanto en la experiencia personal como en una amplia investigación, pretendemos arrojar luz sobre este tema vital, haciendo hincapié en la importancia de la detección precoz y el tratamiento adecuado.

Introducción a la carencia de hierro

Aunque no soy experta en el área de la deficiencia de hierro, me pareció que era un tema importante para debatir en relación con la distonía. A través de mi propia experiencia e investigación, llegué a la conclusión de que la deficiencia de hierro puede afectar gravemente a la actividad celular, los niveles de energía y la función cerebral, incluido el estado de ánimo, la motivación y la memoria. Sin embargo, la mayoría de los médicos suelen pasarla por alto, a menos que haya progresado hasta el punto de convertirse en anemia.

El impacto oculto de la falta de hierro en la distonía

Se desconoce la incidencia de la deficiencia de hierro en la distonía. Y, por desgracia, las investigaciones que exploran la conexión entre los niveles de hierro y la distonía y/o el estrés son limitadas y contradictorias. Sin embargo, hay investigaciones que muestran una asociación entre la deficiencia de hierro y las afecciones psiquiátricas. Además, es evidente que los efectos del estrés en el organismo (es decir, el apetito, la digestión, el microbioma, las hormonas, los neurotransmisores) pueden afectar a la disponibilidad de hierro. A su vez, unos niveles bajos de hierro pueden afectar negativamente a muchos de los sistemas y funciones corporales mencionados.

En primer lugar, analizaremos la función del hierro en el organismo y las necesidades de hierro en la dieta. A continuación, exploraremos la ferritina: qué es, su relación con el hierro, niveles óptimos y síntomas de la ferritina/deficiencia de hierro. A continuación, conoceremos los factores que contribuyen a la ferropenia y, por último, nos centraremos en las sustancias que aumentan y disminuyen la absorción de hierro. El hierro requiere un equilibrio muy delicado para que el organismo y todos sus sistemas funcionen de forma óptima, por lo que lo ideal es actuar ante una carencia antes de que evolucione a una anemia.

¿Qué es el hierro y cuál es su función?

Hierro El hierro es un mineral esencial con muchas funciones importantes en el organismo. El hierro es más conocido por formar parte de la molécula de hemoglobina, que transporta oxígeno desde los pulmones a todo el cuerpo a través de los glóbulos rojos - 60% del hierro corporal está unido a la hemoglobina. La mioglobina es otra proteína fijadora de oxígeno que almacena oxígeno en las células musculares. 15% del hierro corporal está ligado a la mioglobina. Esto explica por qué la fatiga, la dificultad para respirar y la intolerancia al ejercicio son síntomas comunes de la carencia de hierro.

El hierro interviene en la producción de células inmunitarias y garantiza una respuesta inmunitaria adecuada a través de diversos mecanismos complejos. El hierro también es necesario para la formación y actividad de enzimas, la función celular y la producción de energía.

En el cerebro, el hierro es necesario para el transporte de oxígeno, la síntesis de ADN, la formación de mielina y la producción de neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina. Así pues, no es sorprendente que la deficiencia de hierro (ferritina baja) se haya asociado a la depresión, la ansiedad y la esquizofrenia, así como a trastornos del sueño y fatiga. Incluso hay pruebas emergentes de que la deficiencia de hierro puede ser un factor en la disautonomía y tener un efecto sobre la neuroplasticidad.

Tenga en cuenta que Exceso de hierro también se ha asociado a trastornos neurodegenerativos, y algunos síntomas de un nivel elevado de hierro pueden imitar los de una carencia de hierro, por lo que es imprescindible confirmar una carencia de hierro antes de seguir estas recomendaciones.

El hierro afecta a otros muchos sistemas y funciones del organismo, como las hormonas (tiroideas y reproductivas), y las investigaciones están empezando a descubrir una correlación entre la carencia de hierro y los niveles de azúcar en sangre.

El hierro sérico mide el hierro en la sangre, pero no es una medida precisa de las reservas de hierro. Otras pruebas forman parte de los estudios sobre el hierro que suelen solicitar los médicos, aunque, a pesar de su importancia, a menudo es necesario solicitar específicamente un nivel de ferritina.

Necesidades de hierro en la dieta:

Hombres a partir de 19 años: 8 mg
Mujeres de 19 a 50 años: 18 mg (27 mg durante el embarazo) Mujeres a partir de 51 años: 8 mg

El hierro está estrechamente regulado y es reciclado por el organismo. La cantidad de hierro que circula en una persona media es de 1 a 3 gramos. De nuestra ingesta diaria de alimentos, absorbemos aproximadamente de 1 a 2 mg al día, y perdemos alrededor de 1 mg al día a través de la descamación de la piel y las células mucosas; aunque las mujeres que menstrúan pierden cerca de 2 mg al día.

Deficiencia de hierro y distonía: comprender la ferritina y su importancia

¿Qué es la ferritina?

Ferritina es una proteína fabricada en el cuerpo que almacena hierro para su uso futuro - 25% del hierro corporal se almacena unido a la ferritina. Un nivel bajo de ferritina puede ser una señal temprana de que los niveles de hierro se están agotando. Por desgracia, un nivel bajo de ferritina sin otros indicios de enfermedad no suele recibir la atención que merece, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que "la ferritina es un buen marcador de las reservas de hierro y debe utilizarse para diagnosticar la ferropenia en individuos aparentemente sanos".

La carencia de hierro se asocia con mayor frecuencia a anemia. La anemia se produce cuando las reservas de hierro se agotan hasta el punto de que no hay suficientes glóbulos rojos sanos o hemoglobina para transportar oxígeno a los tejidos. Sin embargo, las investigaciones indican que los síntomas de la ferropenia suelen aparecer cuando la ferritina es baja, incluso antes de que aparezca la anemia, y destacan las ventajas de un tratamiento precoz. Incluso con una producción normal de glóbulos rojos, unas reservas bajas de hierro afectan a la capacidad del organismo para reponer las pérdidas y mantener un funcionamiento adecuado.

Niveles óptimos de ferritina:

El nivel óptimo de ferritina puede variar de una persona a otra. Dependiendo de la prueba de laboratorio realizada, el intervalo "normal" es de ~ 20 - 200 ug/L. Las recomendaciones sobre ferritina de la Organización Mundial de la Salud establecen que un nivel de ferritina inferior a 15 ug/L en adultos aparentemente sanos es el punto de corte para definir la deficiencia de hierro. Recomienda que en adultos con infección o inflamación, se utilice un nivel de ferritina inferior a 70 ug/L para indicar deficiencia de hierro, ya que los niveles de ferritina tienden a ser elevados en estas condiciones.

Desde la perspectiva de la medicina funcional, un nivel de ferritina en el extremo inferior del rango normal no es ni de lejos suficiente para mantener las funciones corporales normales. Algunos profesionales de la medicina funcional sugieren un rango óptimo entre 50 - 100 ug/L para las mujeres y 75 - 150 ug/L para los hombres. En presencia de inflamación o infección, el objetivo sugerido se acerca más al extremo superior de este rango. Por supuesto, en cualquier caso, los niveles de ferritina deben ser interpretados de forma individual por su médico o profesional de la salud en relación con los niveles de hierro, marcadores inflamatorios, síntomas e historial médico.

Síntomas de ferritina baja/carencia de hierro:

Dado que el hierro desempeña una gran variedad de funciones en el organismo, su carencia puede provocar multitud de síntomas. Aparte de la anemia, es frecuente que se pase por alto el hierro como factor de muchos de estos síntomas y afecciones. Sin embargo, si no se reponen las reservas de hierro, es posible que otros tratamientos no sean eficaces.

Los síntomas asociados a la deficiencia de hierro pueden incluir los siguientes, aunque algunos síntomas se vuelven más prominentes con la progresión a la anemia:

o Anemia
o Fatiga inexplicable
o Caída del cabello
o Depresión/ansiedad
o Problemas de atención
o Síndrome de piernas inquietas
o Mareos
o Dolores de cabeza crónicos
o Debilidad inexplicable
o Piel seca
o Zumbidos en los oídos
o Irritabilidad
o Alteraciones del sueño
o Dolores en las piernas
o Falta de aliento
o Taquicardia/palpitaciones
o Respiración rápida con el esfuerzo
o Reducción de la tolerancia al ejercicio
o Infecciones
o Funciones cognitivas deficientes
o Mala memoria
o Falta de motivación
o Despiste
o Llagas en la comisura de los labios
o Uñas quebradizas o dañadas

Factores que influyen en la absorción del hierro e importancia de controlar los niveles de hierro

La carencia de hierro puede deberse a:

  • Ingesta alimentaria inadecuada
  • Deterioro de la absorción - baja acidez estomacal; permeabilidad intestinal
  • Aumento de las necesidades de hierro: crecimiento rápido, embarazo, menstruación
  • Entrenamientos/deportes intensos
  • Inflamación crónica - enfermedad celíaca, autoinmunidad
  • Pérdida excesiva de sangre: infecciones, lesiones, úlceras, pólipos, hemorroides, cáncer

Factores que pueden contribuir a la carencia de hierro

Hay dos tipos de hierro en los alimentos: el hierro hemo, presente en los productos animales, y el hierro no hemo, de origen vegetal.

Hierro hemo (animales) se absorbe mucho mejor (tasa de absorción ~ 15 - 35%) y se ve menos afectado por otros factores dietéticos. Algunas de las cantidades más elevadas se encuentran en las almejas, el hígado, las ostras, los mejillones y la carne de venado, que tienen bastante más hierro que la carne roja.

Hierro no hemo (plantas) puede ser más difícil de utilizar para aumentar los niveles de hierro (tasa de absorción ~ 2 - 10%). La absorción puede verse inhibida en cierta medida por otros compuestos de la dieta, como el calcio, los huevos, el ácido oxálico, los polifenoles y el ácido fítico. Muchos alimentos de origen vegetal están enriquecidos con hierro; sin embargo, suelen ser alimentos procesados. Entre las fuentes vegetales de hierro se encuentran las legumbres, las verduras de hoja verde oscura, las semillas de calabaza y las patatas asadas.

Baja acidez estomacal puede reducir sustancialmente la absorción de hierro, ya que se necesita una acidez estomacal adecuada para garantizar que el hierro de origen vegetal esté en la forma adecuada para ser absorbido. Una acidez estomacal baja también afecta a la absorción de los cofactores necesarios para la absorción del hierro, como el folato y la vitamina B12. El hierro hemo se absorbe con mayor eficacia y se ve menos afectado por la acidez estomacal.

Hepcidina, hormona segregada por el hígado, desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la homeostasis (equilibrio) de los niveles de hierro. Controla la absorción, el almacenamiento y la utilización del hierro. La inflamación crónica o la disbiosis estimulan la liberación de hepcidina para reducir el transporte de hierro. Ésta es una de las estrategias que utiliza el organismo para detener el crecimiento de patógenos, ya que éstos también necesitan hierro para obtener energía. Cuando se reduce la hepcidina, aumenta la absorción de hierro.

Salud intestinal y equilibrio microbioma son fundamentales para la correcta regulación de los niveles de hierro. Las bacterias buenas intervienen en la digestión y la absorción de nutrientes; ayudan a mantener el revestimiento intestinal, reduciendo así la permeabilidad intestinal (intestino permeable), y protegen contra los patógenos. La inflamación crónica está estrechamente relacionada con la disbiosis. Las fibras prebióticas (que alimentan a las bacterias buenas) también pueden mejorar la absorción del hierro.

Deficiencia de hierro y distonía - Sustancias que reducen la absorción de hierro

El calcio puede inhibir hierro hemo y no hemo absorción de hierro; aunque, el impacto del calcio en la deficiencia de hierro aún está siendo investigado y puede depender de la dosis. En cualquier caso, no es necesario evitar los alimentos ricos en calcio, pero se recomienda tomar los suplementos de calcio por separado de los alimentos ricos en hierro o de los suplementos de hierro.

Los huevos pueden dificultar considerablemente la absorción del hierro, y el contenido en hierro de los propios huevos tiene una disponibilidad limitada, ya que está fuertemente ligado a las proteínas. La mejor forma de aprovechar los nutrientes de los huevos es consumirlos por separado de los alimentos ricos en hierro.

El ácido oxálico (presente en las espinacas, la remolacha, los frutos secos, el chocolate, el té, el ruibarbo y el perejil) puede reducir la absorción del hierro no hemo. Sin embargo, éste parece ser un tema muy controvertido sin pruebas concluyentes. Algunos oxalatos son excelentes fuentes de hierro, así como de otros nutrientes, por lo que la mejor opción puede ser consumirlos con moderación en rotación con alimentos con menos oxalatos.

Los polifenoles (presentes en el cacao, el café, el té negro, el té verde, las hierbas, las nueces, las manzanas y las bayas) inhiben el hierro no hemo de los alimentos vegetales. Dado que los polifenoles también tienen muchos beneficios para la salud y son excelentes fuentes de antioxidantes, no se recomienda evitar todos estos alimentos. Aléjese de las comidas ricas en hierro o asegúrese de ingerir alimentos ricos en vitamina C con polifenoles para contrarrestar el efecto inhibidor sobre el hierro.

El ácido fítico (presente en la proteína de soja, los frutos secos, la fibra, las legumbres, los cereales integrales y algunas verduras) puede reducir la absorción de hierro en un 50-60%. La preparación adecuada de estos alimentos, como remojo, germinación o fermentación reduce significativamente el contenido en fitatos. Al igual que los polifenoles, pueden consumirse por separado de las comidas ricas en hierro o con alimentos ricos en vitamina C para contrarrestar los efectos negativos.

Sustancias que aumentan la absorción de hierro

Se ha demostrado que la vitamina C (ácido ascórbico) aumenta la absorción de hierro hemo y no hemo hasta 4-6 veces, dependiendo de la cantidad consumida. Es más eficaz cuando se toma con una comida, y puede contrarrestar potencialmente los efectos negativos de los polifenoles y el ácido fítico consumidos en esa comida.

El betacaroteno aumenta significativamente la absorción de hierro; también puede proteger contra los efectos inhibidores de los polifenoles y el ácido fítico. Las zanahorias son una excelente fuente de betacaroteno.

El hierro hemo (es decir, la carne, el pescado y las aves de corral) mejora la absorción del hierro de los alimentos que no contienen hierro hemo (alimentos de origen vegetal o huevos) cuando se consumen en la misma comida.

Hierro fundido - Cocinar en una sartén de hierro fundido añade hierro "no hemo". La cantidad de hierro adicional que se añade al cocinar en hierro fundido aumenta con la acidez, la humedad y el tiempo de cocción.

En general, una dieta rica en nutrientes es esencial para ayudar al organismo en caso de carencia de hierro. Lo más probable es que no sea el único nutriente deficiente. La absorción adecuada de otros nutrientes es necesaria para producir hemoglobina y para apoyar los sistemas corporales afectados por la deficiencia de hierro y la distonía.

En muchos casos, puede que no sea posible aumentar suficientemente los niveles de hierro sólo con alimentos. Si tiene alguna duda sobre los suplementos de hierro, consulte a su médico.

Conclusiones: El papel vital del hierro en la salud y el tratamiento de la distonía

La comprensión del papel polifacético del hierro en el organismo pone de relieve su importancia no sólo para el mantenimiento de la salud general, sino también en el contexto de afecciones neurológicas como la distonía. Dada la complejidad de la absorción del hierro y la sutileza de sus síntomas de deficiencia, resulta evidente que la gestión proactiva y la atención individualizada son cruciales. Al reconocer la intrincada relación entre los niveles de hierro y la distonía, las personas y los profesionales sanitarios pueden recorrer mejor el camino hacia una salud óptima y una mejor calidad de vida. Ya sea mediante ajustes dietéticos o suplementos, abordar la deficiencia de hierro es un paso clave para favorecer el bienestar físico y neurológico.

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